Con el franco y lisonjero éxito que habíamos augurado ya al inteligente autor de Uno de tantos, nuestro amigo Arturo Orgaz, se representó anoche en el teatro Argentino este bello juguete cómico, de cuya técnica ya nos hemos ocupado ampliamente en otra oportunidad.
La interpretación, que ha sido buena, ha satisfecho al señor Orgaz y ha merecido del público su aplauso espontáneo.
Uno de tantos es una obra de interesante argumento y bien sostenida movilidad. Las escenas se suceden con naturalidad y galanura, y campea en la trama general de la pieza un fresco y claro ingenio que merece sin reservas el aplauso de las lisonjas sinceras.
Tiene además una virtud remarcable, fuera de la gran virtud de la alegría, y es la fineza del chiste, suelto y salado; que por desgracia anoche ha sido degenerado por el exagerado buffonismo de algunos actores.
Al terminar la representación, el largo tamboreo de un aplauso nutrido cerró la serie de ovaciones tributadas justicieramente al joven autor de Uno de tantos, quien fue llamado repetidas veces al escenario,
Reciba nuestro distinguido colaborador Arturo Orgaz nuestra felicitación bien sincera.