Hace mucho tiempo que no se realiza en Córdoba una temporada seria de la llamada “zarzuela grande”.
Las compañías y los cantantes que se habían dedicado a ese género tuvieron que seguir la moda y dedicarse a la opereta. Las compañías italianas y dos músicos alemanes y austríacos impusieron en Buenos Aires el vals vienés. Desde el preludio hasta que caía el telón todo era vals; la presentación del barítono, la aparición de la tiple, el dúo de amor y la felicidad final que es el plan desarrollado de todo ese género teatral, todo era un puro vals pegadizo alegre que el público tarareaba después de la audición.
Los autores de este género se han cansado de producir y el público ya no puede aguantar más Viudas, Evas y Princesas lo viejo resulta ahora nuevo y la nueva generación no conoce El rey que rabió, ni El salto del pasiego, Guerra Santa, La conquista de Madrid, Juramento, Campanones y tantas otras hermosas partituras que recuerdan con gusto los viejos y apreciaran los nuevos.
Además se han escrito algunas zarzuelas de importancia, entre ellas Maruxa muy poco conocida, pues solo dos veces la representó Sagi Barba, la última vez que estuvo en Córdoba, Las golondrinas, también casi desconocidas y ahora La dogaresa cuyo estreno nos promete esta compañía.
Lo esencial en este género es el cuarteto de tiple, tenor, barítono y bajo que son los que llevan el peso en todas las obras. Esto ha tenido en cuenta el señor Casas, viejo hombre de teatro y que ha probado conocimiento de estas cosas realizando fructíferas temporadas en toda Sud América. Ha contratado en España un buen cuarteto el cual ha gustado en todos los públicos donde actuó hasta la fecha.
Por estas razones, es de esperar que la temporada de zarzuela, con la que se inicia la empresa Massa este año, haya de resultar.