El sábado se estrenó La Gringa de Florencio Sánchez, en el Argentino; fue todo un éxito que el señor Podestá debería tomar en cuenta para las piezas que se pongan en escena en las representaciones que restan de la temporada nacional.
El señor Podestá recibió una verdadera ovación al final del estreno de la aplaudida obra de Sánchez y fue obligado a aparecer como seis veces en escena; la señorita Zapata se distinguió en el desempeño de su papel lo mismo que la señora Ferrer y los señores Farías y Podestá en los Vividores; Gialdroni estuvo insuperable cosechando a cada paso los aplausos entusiastas del público.
La Gringa es tal vez la mejor obra que se haya puesto en escena en la pasada temporada nacional.
Es una comedia campera en que los cuadros están maravillosamente trasladados al escenario, en que los personajes tienen toda la realidad infeliz en la que el cura extranjero busca de hacer la América del modo menos espiritual y en que el colono enriquecido y convertido en señor trata al nativo con el orgullo que le diera el triunfo del esfuerzo constante en la conquista del trabajo y el cuasi exótico criollo viejo que se subleva con el orgullo indomable del hijo de la pampa que ve el campito donde se alzara su hogar pasar a manos del gringo como lo dice despreciativamente; éstos son los tres mejores personajes de la obra estrenada el sábado.