Anoche se efectuó en el Teatro Rivera Indarte la anunciada velada cinematográfica, corriéndose la película “El nacimiento de una nación”.
La intensa propaganda efectuada en estos últimos días sobre la interesante función, congregó en el Teatro Rivera Indarte, un público numeroso y selecto que presenció con entusiasmo el desarrollo del hermoso espectáculo. Cuanto se ha dicho, en verdad no alcanza a la realidad, porque los acontecimientos históricos que han servido de base para el argumento, las condiciones artísticas de quienes los interpretan, la capacidad que revela el espíritu que elaboró tan espléndida producción; el trabajo fotográfico admirable, la nitidez de la pantalla, la prolijidad de los detalles y el conjunto tan espléndido armonizado con la música, verdadera creación instrumental que interpreta fielmente los episodios que se suceden, son en realidad, merecedores del elogio más encomiástico y sincero; ya que en el transcurso de todas sus múltiples e interesantes escenas se está pendiente en todo momento: la ansiedad y la tensión nerviosa del público se ha traducido anoche en una explosión de aplausos al final de cada uno de sus actos, consagrando así el éxito de la producción, que ha adquirido ya fama por sus diversos triunfos en las grandes capitales extranjeras y en Buenos Aires, donde se diera más de un mes consecutivamente.
El argumento está sacado de acontecimientos históricos de los Estados Unidos, que azotaron aquel país a partir de 1860, durante cuatro largos años en que lucharon Norte y Sur por su predominio. Y finalmente la lucha en los Estados del Sur entre negros y blancos, con la interesante odisea de los últimos en la célebre asociación de los Ku Klux Klan, que da lugar a marchas triunfales, himnos y clarinadas que despiertan el entusiasmo de cuantos asisten al hermoso espectáculo.
El acontecimiento de anoche ha sido, pues, un éxito cinematográfico y el numeroso público qué asistió aclamó la producción artística.