Córdoba no es una ciudad en la que se hayan intentado grandes espectáculos al aire libre capaces de congregar algunos miles de espectadores, sin embargo, es un viejo anhelo y reclamada aspiración, por cuanto en pocos lugares como el nuestro, ofrece la naturaleza escenarios magníficos para la realización de festivales teatrales. La industria del turismo, que ha logrado en estos últimos años traernos una numerosa corriente de visitantes, al extenderse por todos los rincones de nuestras hermosas sierras, no ha hecho más que darle notoriedad y fama por todos los atractivos que ofrece y por todos los regalos de diversión que se lo facilitan, debería completarse con toda aquella clase de espectáculos desde los conciertos sinfónicos, representaciones teatrales, recitales de danzas y otros géneros ambientados e identificados con el teatro mismo de la naturaleza. Sobre este particular, que algunas veces hemos comentado, el obstáculo mayor se consideró la instalación de grandes graderías para la comodidad de centenares de personas lo costoso que ello significaba.
Estos argumentos quedan completamente destruidos ante un solo hecho: el espectáculo que ha de presentar Alberto Vacarezza mañana en el Gimnasio Provincial del Parque Sarmiento. He aquí al organizador y autor de La fiesta de Juan Manuel, no le ha arredrado ni intimidado llegarse hasta Córdoba, traer numerosísimo personal, vestuarios, carruajes y levantar en un stadium donde no hay más que pista, tribunas con capacidad para dos mil personas y a sus pies una platea para tres mil asientos. Indudablemente que para este esfuerzo debe haber algo que lo compense. No puede ser una improvisación, debe ser algo cuya experimentación ha encontrado la ruta del éxito y del triunfo, pero una cosa y la otra, también están abonadas por la popularidad de un autor, por la propia obra y por la forma que ella se presenta.
Vacarezza, al igual que otros directores europeos que realizan espectáculos al aire libre con la representación de sus clásicos, los ha impuesto en el país, buscando para ello y en el mismo sentimiento de la nacionalidad, aquella expresión que estuviera identificada con nuestro espíritu. Porque tal es La Fiesta de Juan Manuel. Un trozo vivo de nuestra historia, el más discutido tal vez, por estar cercanos aún sus hombres y sus cosas y porque los historiadores poniendo apasionada erudición van detrás, unos de la rehabilitación de Rosas y otros condenándolo con las más graves acusaciones. El vencido de Caseros, sean cualesquiera los juicios, no definitivos aún, de sus contemporáneos o de las generaciones actuales, es una figura de un relieve extraordinario y en el teatro ha dado material para más de una obra perdurable.
El autor de Una estrella en la alborada escrudiñado también en la historia más que la figura recia y vigorosa de Juan Manuel, le ha interesado su pueblo, y lo ha visto en sus vibraciones y reacciones como poeta y como dramaturgo.
De ahí el colorido documental, la anécdota reviviendo en el engarce de escenas apasionantes y como para atenuar las pasiones que juegan los destinos de los seres, la estampa de las tiestas populares. En este aspecto ha cuidado Vacarezza lo esencial y fundamental de su obra. Que la espectacularidad sea profundamente teatral y que llegue directamente al espectador.
La fiesta de Juan Manuel, promete por todas sus características ser un suceso teatral perdurable.
Como es notorio, la primera representación tendrá lugar mañana a las 21.30 en el stadium del Gimnasio Provincial situado en el Parque Sarmiento.
Hoy llega la Compañía: En el tren de las 9.40 horas, llegarán hoy procedentes de Buenos, Aires, el señor Alberto Vacarezza, el Secretario general señor Juan Isidro Vacarezza, el señor Francisco Sanguinetti y demás componentes del conjunto. La dirección artística del espectáculo está a cargo del señor Alberto Vacarezza, hijo.