“La depuración se insinúa”. La Voz del Interior, 15 de Agosto de 1931: 8 

Hablábamos días pasados de ciertos aprestos prematuros con que, en el ambiente teatral, tendían –en apariencia por lo menos– a ponerse a cubierto de posibles situaciones como las que actualmente sufre nuestra escena. Y decíamos entonces que esto habría de traernos la depuración de valores, que bien pudiera ser la crisis definitiva, tras la cual resurgiera el teatro nacional con todo el vigor que merece.

Aquí en provincias, estamos habituados a los espectáculos de calidad inferior. Viene por ejemplo un cómico; uno de los tantos, y consigue rodearse de simpatía entre los públicos “ingenuos” del interior. La “prueba” le resultó favorable, y el año siguiente repite la hazaña, porque ya se tiene un público “conquistado”.

La consoladora experiencia sigue repitiéndola, y durante el año prepara su gira que tiene una sola finalidad: Permanecer dos meses, o “todo lo que dé”, en la plaza donde consiguió “tantas simpatías”. Con las ganancias así obtenidas, tiene para ir campeando el temporal en lo que resta del año. Pero… la confianza mata al hombre, y he ahí que cuando la reacción se produce, esos actores, que tuvieron la inconmensurable vanidad de creerse artistazos monumentales, sienten la triste realidad de lo que debieron ser…

Y estamos frente a esa reacción. La gente de teatro se ha dado cuenta ya de que no merecemos la visita de elencos improvisados, a cuyo frente algún actor más o menos conocido tenga la pretensión de que “su” teatro se llene durante un par de meses sin que el entusiasmo de público decaiga. Y el público sabe también que para hacer el “cándido” ya colmó la medida, se impone ahora que las cosas tomen el rumbo que deben; y ese rumbo es el que insinúan los movimientos iniciados en Buenos Aires, donde la formación de elencos es la gran preocupación de las gentes de teatro. Las compañías que van a formarse para la temporada de 1932, serán a base de elencos y no de una o dos figuras.

Esas mismas compañías, que contarán por anticipado con el auspicio del público, precisamente porque estarán integradas con un núcleo de figuras dignas de apoyo, no han de conformarse solamente con su actuación en los escenarios metropolitanos, sino que van a ponerse en contacto con los públicos de provincias, para ser en verdad actores nacionales, y no actores “porteños”.

Entre esas compañías, contaremos con la que encabezan los hermanos César y Pepe Ratti, binomio de gran popularidad y que sin embargo el público local sólo conoció en parte, ya que el último de los nombrados nos visitó hace unos tres o cuatro años.

La misma empresa nos anuncia sus propósitos de visitarnos el año próximo. Quiere decir pues, que el madrugón tiene su justificativo en el interés que empiezan a despertar las plazas del interior que, como la nuestra ha consagrado —tal como lo decimos– "consagrado” a figuras que hoy tienen el orgullo de considerarse como valores estimables del teatro nacional. Y si no, que lo digan Eva Franco, Fanny Brenna, Luisa Vehil y muchos otros intérpretes que fueron conocidos en Buenos Aires cuando se hicieron eco de sus éxitos en Córdoba.

Ojalá que esas insinuaciones de reacción se hicieran efectivas, habríamos de ver dónde va a parar la popularidad de José Ramírez que anda dando tumbos por los pueblos, engreído en su buena estrella de un momento, hasta que la realidad despierte de su beatífico sueño de “gloria”.