Fray Gerundio. “Nuestros teatros”. La Voz del Interior, 31 de Julio de 1911: 6

Desde dos años a esta parte, se nota un cambio radical en las costumbres  de nuestra sociedad. Cambio por cierto muy halagador para el arte y que acusa un mejoramiento indiscutible  en nuestros hábitos sociales. Queremos hablar de la asistencia del público a los teatros.

Hoy en día, funcionan en esta capital, no menos de tres teatros y una media docena de cinematógrafos, que noche a noche, se vean concurridos por numerosos espectadores.

El que seguramente merece en la actualidad el favor de este público es el teatro de la calle Rosario de Santa Fe, el Novedades o Estreno, como se ha dado en llamarle por los que ofrece diariamente a sus espectadores.

Si buscamos la causa del éxito que obtiene el teatro citado, no podemos menos que reconocer que no es extraño a ello, la amabilidad de los señores empresarios Conte, Rivero y Cots, los cuales han sabido captarse la buena voluntad de todos.

Hay que notar igualmente, la excelente ubicación del local y las comodidades y seguridades que ofrece en casos de peligros, lo que influye seguramente sobre el ánimo de las familias  que a diario asisten a sus e espectáculos. El servicio de café es correcto y la sala de espera, contigua al pasillo principal, es otra de las comodidades de que no disfruta ninguno de nuestros teatritos, comodidades todas, que el público aprecia, premiando los esfuerzos de los empresarios con su presencia.

Pero, lo anotado en las líneas que preceden, no sería suficiente por solo para llamar la atención. Era necesario otro atractivo, el del arte, este es, el que una buena compañía secundara la buena voluntad de la empresa.

La compañía que dirige el notable primer actor, señor Enrique Sanchís, ha llenado este último requisito, formando de tal manera, un conjunto armónico, clave del éxito.

Conocíamos a Sanchís en la zarzuela, sus chistes de buen gusto y llenos de oportunidad, su mímica excelente, nos hizo reír más de una vez, pero no habíamos tenido la oportunidad de aplaudirlo en alguna obra seria. La representación de Los Perros de Presa nos ha proporcionado esta satisfacción.

Ya no se trata de estas obritas en un acto en que solamente se busca el chiste o la exhibición de la gracia, sino de una obra, que sin abordar la comedia o el drama, lleva su fin moral o instructivo, cosas ambas que poco se encuentran en el género ligero, como se ha dado en llamar a la zarzuelita.

Los Perros de Presa, por su correcta interpretación, requieren dotes artísticas y las cualidades que deben adornar a los verdaderos artistas: corrección de dicción, gestos adecuados, creación de personajes; y este no sé, que no se puede explicar y que sólo la discreción y el talento del artista pueden definir en el momento preciso.

El reparto en la obra de que nos ocupamos no podía ser más oportuno.

La señorita Roig nos hizo un Reballo altamente simpático, su juego es natural, sin afectaciones exageradas y su dicción muy buena; ella, en compañía de Villalón, cuyo papel interpretado por Sanchís, ha sido inimitable, ha obligado al público a interesarse en la obra, manteniéndolo en constante buen humor durante tres horas.

La señorita Blaya, ha merecido nutridos aplausos. Esta artista puede abordar papeles de importancia, tiene dotes sobradas para ello y nos gustaría verla en alguna obra seria, donde la actriz tiene oportunidad de hacer gala de sentimientos elevados. Obtendría seguramente un gran éxito.

Arabella y Tita (señoritas Lec y Plá) han interpretado bien sus papeles, a pesar de las dificultades que ofrecen ciertos roles secundarios, y las demás damas de la compañía ayudaron poderosamente a la buena interpretación de la obra.

Entre el personal masculino, fuera de Sanchís, de que ya nos hemos ocupado, han descollado, Salvatierra (Sanjuan), Pizzicato (Montero), Groti (Pablo), que tenían a su cargo los principales papeles y han sabido interpretarlos con notable corrección.

Un aplauso merece el pintor escenógrafo Pablo Sala. Las decoraciones de la obra presentan serias dificultades, si se tiene en cuenta la poca profundidad y lo relativamente estrecho del escenario, y se debe admitir que ha sabido vencerlas con maestría.

Resumiendo, las veladas del sábado y del domingo último, han resultado todo un verdadero éxito, de que empresarios y artistas deben aprovechar para preparar nuevas sorpresas al público que llena cada noche el teatro Novedades.

Se nos dice que se preparan al público una de esas sorpresas, bajo forma de obras nuevas, que afianzarán más todavía si es posible, el buen nombre que han sabido adquirir artistas y empresarios.