El joven comediógrafo señor Raúl W. de Allende, ha contestado a la encuesta teatral abierta por nuestro colega El Heraldo, en los siguientes términos, tan interesantes como enérgicos:
1° – ¿Con qué carácter y con qué ideales realiza usted su labor teatral?
2°. – ¿Podría usted informarnos sobre sus obras en preparación?
3° – ¿Proyecta estrenar alguna en la próxima temporada?
4° – De los géneros teatrales, ¿cuál es el que usted prefiere?
5° – ¿Qué juicio le merece el teatro nacional y cuáles son a su ver los mejores autores?
6° – ¿Y el teatro y los autores locales?
7° – ¿Qué intérpretes de sus obras le han satisfecho más o cuáles desea para ellas?
1° – Con el carácter de aficionado a las letras, especialmente en esta rama que la conceptúo, la más difícil de la literatura. ¿Ideales? Si puede alimentarse dentro de ese carácter, el de simple contribución al teatro local.
2° – Preparo dos obras en tres actos cada una.
3° – Sí, si no tuviera tropiezos de fuerza mayor.
4° – La comedia dramática.
5°– Opino, y más que opinar, creo sinceramente que nuestro teatro es fundamentalmente malo y, aunque algo duro el término, encanallado por obra y gracia de autores deshonestos y empresas logreras que no ven más allá de los garbanzos.
El entronizamiento del matrero borracho y vil, como símbolo de tradición nacional, no pasa de ser una burda e infame intriga de ignorantes e incapaces.
La exhibición amplia del compadraje de arrabal, es un exceso maligno y termina por extraviar el gusto a los que buscan educarlo y por asquear al que lo posea en cualquier grado. Es de esperar, sin embargo, que la evolución se precipite hacia una mayor cultura a que tiene derecho el público de nuestro país.
En cuanto a los autores, tenemos algunos muy buenos, cuyas obras podrían desfilar, con orgullo de compañías extranjeras, por los escenarios más elevados y herméticos.
Tales: Bianchi, Iglesias, Paz, Martínez Cutiño, Pagano, Sánchez Gardel y Carri Pérez, de quien debemos esperar mucho y bueno.
6° – Todo está en gestación aún cuando hay buen elemento y buenas producciones.
Un poco de estímulo (un concurso de obras locales por ejemplo) revelaría muchas capacidades para este género de literatura.
7° – Ninguno. No siendo la compañía nacional Mangiante-Buschiazzo, tal cual actuó en ésta la pasada temporada, ninguno, por la sencilla razón de que nuestros actores nacionales son lo más prodigiosamente ignorantes y lo más portentosamente incultos que se pueda conocer, salvo contadas excepciones que podrían numéricamente comprenderse, acaso entre el pulgar y el anular de una mano.
Van a la escena cuando por desconocer lo elemental –leer, escribir. etc.– fracasan en todo orden de actividad, siendo lo más grave su imperdonable olvido de cursar antes, un año en cualquier academia de buenos modales, ya que estudiar y hablar con corrección no aprenderán ni en tres vidas juntas. –
Raúl W. de Allende.