En nuestro primer coliseo se anuncian dos espectáculos distintos: el Cuarteto Kolisch y Berta Singerman para la misma fecha.
Una de las cosas que vienen llamando nuestra atención, el anuncio de dos espectáculos distintos en el Rivera Indarte, cada uno de los cuales, con empresa de gastos también diferente. Mientras la Comisión de Bellas Artes, modificó su primera fecha, es decir, los días 18 y 20 del corriente por el 22 y el 23, la empresa actual de nuestro primer coliseo tiene compromisos contraídos y una abundante como costosa propaganda para presentar a la popular declamadora, Berta Singerman, precisamente en las fechas que ha tomado ahora la Comisión para el Cuarteto de cuerdas Kolisch. Evidentemente, surge una segura discrepancia entre quienes son dueños del teatro y pueden disponer de él como se les antoje, y la vieja empresa.
La primera reflexión es que si la actual Comisión de Bellas Artes, se propone traernos espectáculos y convertirse en la empresa comercial del Rivera, lo primero que debe resolver es hacer desaparecer toda otra en el teatro. Porque de existir ésta, los compromisos que contraiga le deberán ser respetados y no atropellados, si por acaso, se cruza un espectáculo que interese a la Comisión oficial, estableciendo su condición de dueños de la sala, para hacer caso omiso del reclamo de quién tiene contratos firmados y que su incumplimiento le atrae los consiguientes perjuicios.
Se nos ocurre pensar que se quiere presentar al Cuarteto Kolisch en sábado y domingo considerando que la entrada puede ser mayor. Hay espectáculos y espectáculos: unos, que cualesquiera sean los días y las horas con que se ofrezcan, reunirán el mismo número de público; otros que por su carácter tienen más posibilidades de éxito en determinadas fechas.
El Cuarteto Kolisch, no tendrá ni más ni menos que los aficionados que anticipadamente han mostrado su interés y, como caso elocuente, ningún concertista, esto es interesante, ha tenido más éxito un sábado y domingo que otros días de la semana. Hay más aún, esto ilustrará a la Comisión, que el público hace de los días sábado y domingo un culto especial y los dedica para gozar con espectáculos que no son ciertamente de quietud y de recogimiento artístico como lo exige la música de cámara. Esto lo abone la experiencia de muchos años en el teatro.
Desde nuestro punto de vista nos interesa poco el asunto, con tal que los espectáculos, como estos dos que se anuncian, nos sean ofrecidos, sólo queremos romper una lanza a favor de quién, en este caso, nos parece tener una razón más atendible y urgente, amén de que debe merecernos alguna estima la persona que por espacio de algunos años ha mantenido en el Rivera una conducta honesta al ofrecer espectáculos de calidad, no siempre con el éxito financiero que ellos reclamaban.
La Comisión de Bellas Artes, cuyos propósitos seguimos elogiando y también estimulando por sus intenciones y nobleza, puede muy bien modificar las fechas últimas por otras, poniendo en su resolución alguna justicia, sobre todo, si se mantiene el criterio de tener en el Rivera a otro empresario. Por otra parte, no creemos que al mantenerse las fechas del Cuarteto Kolisch, salgan más beneficiados, en cambio el espectáculo de Berta Singerman puede ser perjudicado. Confiamos en el buen criterio de los miembros de la Comisión.