“De donde el traslado de la temporada madrileña a Buenos Aires puede cambiar la fisonomía de los espectáculos de las provincias”. Los Principios, 12 de Enero de 1937

Problemas económicos que entraña para el artista nacional

Prematuro, en verdad, hablar y comentar lo que será el futuro teatral, cuando recién finaliza la temporada y todo proyecto y formaciones teatrales ofrecen todavía confusión a pesar de lo anticipado con que se dan nombres de elencos para actuar en Buenos Aires para la season oficial de 1937. Lo realmente curioso es cómo ha de influir en nuestro teatro la guerra civil española. Esta ha trasplantado la temporada madrileña a Buenos Aires, con la venida de elencos y primeras figuras que dieron siempre animación a la actividad escénica de la capital de España. Buenos Aires tiene muchos teatros, pero si hasta ahora hubo preponderancia de conjuntos nacionales, al ocupar la mayoría de ellos, están en un tris de ser desplazados, y al punto de ser superados por elencos extranjeros. Las empresas aprovechan. Indudablemente el cartel prestigioso de los comediantes españoles tanto más, que en la pasada temporada ha sido ese teatro el que ha concitado las mayores simpatías del público y. se añade, el de obras también españolas en elencos nacionales, como el caso de Siete puñales de Francisco Serrano Anguita, ofrecida por Camila Quiroga durante varios meses y que ha proporcionado una satisfacción artística a la popular actriz argentina.

Este sostenido éxito del teatro español, puede también colegirse por la pobreza de producción nacional, que habiendo sido poca, no ha tenido la calidad necesaria para equilibrar y repartirse con la de afuera el éxito artístico y pecuniario.

¿Cómo se presenta este año el panorama teatral? Realmente difícil para el comediante argentino, no así, nos parece, para el autor nacional. El primero, en virtud de los numerosos elencos extranjeros tendrá menos posibilidades de incorporarse a formaciones que han de ser reducidas y el hecho que hayan de integrarse algunos españoles con elementos radicados en el país, tampoco resúltales favorable ya que Er­nesto Vilches o Irene López Heredia, habrán de buscar artistas también españoles para no encontrarse con el desequilibrio de dicción y de modalidades que parecen imposibles conciliar, dado el carácter personalísimo del actor criollo. El actor argentino, casi desterrado de Buenos Aires, no tendrá más horizonte que el de provincias, posiblemente favorecidas con elencos de alguna calidad, como se encaren las formaciones con un criterio menos equivocado y menos comercial, como hasta ahora. Su éxito en el “bosque”, dependerá de la forma que se presenten y de la honestidad que impriman a su orientación.

En cuanto a los autores nacionales, hemos dicho ya que puede beneficiarles. Sí hasta ahora se han mostrado remisos en la producción o la fabricación de acuerdo a la modalidad de ciertos primeros actores que nada exigen en la calidad, o bien porque siempre hay un poco de desconfianza en la capacidad interpretativa del actor nacional para obras de aliento, no podrán alegar ahora falta de elementos capaces, puesto que los españoles lo son, para demostrar cuánto puede dar la producción argentina, admirada por complacencia en el extranjero y negada justamente por nosotros.

Destacamos esta situación de privilegio para el autor nacional, por el hecho de que la situación trágica de España ha hecho enmudecer a sus escritores, forzando a los elencos hispanos a solicitar obras a los nuestros, pues les harán falta, para la renovación del cartel.

Para ilustración del lector y se haga cargo más ampliamente de lo que tiene que ocurrir en Buenos Aires, debemos citar las compañías extranjeras que allí deben actuar: Irene López de Heredia, Ernesto Vilches, María Guerrero y D. Fernando Díaz de Mendoza, que tienen como director y productor a Eduardo Marquina; Valeriano León y Aurora Redondo, que están actuando en el Cómico de Buenos Aires y que han traído al fecundo y festejado autor Carlos Arniches; Lola Membrives que también no sería difícil estuviese en gestiones para lograr la venida de Benavente o los hermanos Quintero. Agreguemos la compañía de García León-Perales y la actuación de dos compañías de zarzuela formadas por elementos recientemente venidos a nuestro país. No men­cionamos ahora otros conjuntos europeos, franceses, alemanes e ingleses y probablemente al que han de actuar a mediados de la temporada.

Los elencos nacionales de segura actuación son: el de Luis Arata, Muiño-Alippi; los hermanos César y Pepe Ratti, Olinda Bozán y Paquito Busto; Eva Franco, Morganti y Pierina Dea­lessi; Camila Quiroga; Florencio Parravicini, y, del Teatro Nacional de Comedia, en el Cervantes.  Falta saber solamente lo que corresponde a provincias, pero pensamos que será un año brillante.