“Cooperativismo teatral. Un ensayo simpático entre obreros del ambiente”. La Voz del Interior, 12 de Julio de 1931:10

Mal año está resultando el que corre, para un núcleo respetable de gente que tienen en esas actividades, su medio habitual de vida. Acomodadores, porteros, tramoyistas, electricistas, etc., constituyen, por lo mismo que están supeditados a la intensidad del movimiento en las salas a que pertenecen, oficios inestables.

Y cuando las circunstancias son como las actuales, en que nuestros teatros, a excepción del Novedades, han ido sufriendo alternativas en sus actividades, sin mantenerse abiertos permanentemente al público, la situación de esa gente tórnase harto difícil. No entremos a analizar las causas que pudieran originar ese estatismo teatral; bástenos con mencionar el hecho, para que surja de inmediato la interrogante sobre esos obreros del teatro que han visto este año uno de los peores en que les tocara verse. Y tanta ha sido la gravedad, que los que pertenecen a la sociedad de maquinistas, han resuelto en un noble afán de compañerismo y de lucha, turnarse para ir “explotando” equitativamente, el poco trabajo con que cuentan, haciendo frente así a una situación que campean con desventaja.

El retiro de la firma que habíase hecho cargo de La Comedia, aparejó mayor gravedad en la situación hasta que vino el negocio de la compañía Jércolis que deseaba actuar en dicha sala, que abría el interrogante de una posible reacción. Pero, faltaba para ello la empresa que se hiciera cargo de la sala; la “Empresa de gastos” como la denominan en el ambiente. Y los obreros afectados por las circunstancias que mentamos, tuvieron una iniciativa que ojalá ofrezca los frutos que desean: Se constituyeron en cooperativa. Es decir, que la empresa del teatro de La Comedia, durante los pocos días en que actuará la compañía de revistas, está integrada por los mismos obreros.

Si la suerte acompañara a tal iniciativa, pudiera ser el punto de arranque para iniciativas similares, de las cuales puede surgir no como ahora ante el apremio de los sucesos, una cosa improvisada, sino algo estable y digno de prosperar.

Es natural que como toda obra similar, y más aún cuando sus comienzos son apenas un experimento improvisado, se tropiece con dificultades de todo orden y en especial económico. Lo que se llama “hoja de gastos” es enorme en una compañía de la calidad de esta que actúa ahora en La Comedia. Y para hacer frente a ella, han debido comprimirse hasta donde sea posible, recurriendo a la eliminación de todo lo que no sea indispensable. En el orden de las contribuciones, también se inician gestiones tendientes a su reducción, habiendo dirigido al Interventor de la Comuna, una nota en la que solicitan, por las circunstancias especiales que se atraviesan, una prudente rebaja en los impuestos  establecidos, solicitud que es de esperar prospere en atención a esos mismos motivos. Si tal ocurriera, el señor Quesada habría comprometido la gratitud de muchos obreros cuyos hogares atraviesan por una situación de serias dificultades económicas, que para ellos significaría solucionarlas momentáneamente, mientras que para el erario comunal sería un porcentaje insignificante.