Este año teatral que corremos, se ha caracterizado hasta el presente, en lo que se refiere al teatro Rivera Indarte, por la variedad de espectáculos, en su mayor parte por números de conciertos musicales. A la verdad que el arribo de celebrados concertistas contribuye enormemente a la formación de nuestra cultura artística, pero a excepción de la compañía lírica de Giovanni Frating el escenario del Rivera Indarte no se vio ocupado por ningún otro conjunto teatral. Y esto no se pone a tono con las pretensiones de la ciudad, que día a día va ampliando la magnitud de sus exigencias artísticas. Es necesario que se den a nuestro público espectáculos que no solo se reduzcan a audiciones musicales o a funciones de género lírico. Necesario se hace que además de estos géneros, las compañías teatrales visiten nuestra ciudad. Y en este sentido bregaremos en forma insistente por que Córdoba tenga los conjuntos teatrales a que la hacen acreedora su importancia artística alcanzada en estos últimos años. ¡Zacconi debe venir a Córdoba! El ambiente que existe en nuestra ciudad es de generales simpatías por el genial intérprete italiano. Ese egoísmo por los buenos elencos y los buenos repertorios debe desaparecer.
Estamos a pocos meses del año próximo, y no es lógico que 1923 se borre del almanaque, sin habernos deparado el ofrecimiento de una notable temporada teatral. Zacconi, la Melato, Vilches, la Xirgú, ¿vendrán a Córdoba? Nada se sabe al respecto. Todo es misterio.
Al público se lo distrae con diversos espectáculos, valiosos todos, es verdad, pero sin la trascendencia e importancia cultural que significa la realización de un ciclo de representaciones dramáticas.
Quedamos a la expectativa de que esa mezquindad artística, traiga la reacción que se espera.