En los primeros días de la semana se estrenó una obra cómico-político-musical, etc., cuyo título es el que sirve de epígrafe a estas líneas.
Los autores, cuyos nombres se guardan en la más absoluta reserva han tratado de llevar a las tablas escenas reales de la vida de nuestra ciudad, haciendo desfilar personajes conocidos y abordando los diversos temas que motivan la revista, con la mayor cultura y el respeto a que todos y cada uno somos merecedores
Con fina ironía, sin llegar jamás, no digamos al insulto, sino a una sola frase hiriente, se comentan los hechos, hechos trascendentales a veces, y se busca el lado cómico que todos los actos de la vida tienen.
Después de este corto exordio, pasamos a dar algunos fragmentos de la obra, como una verdadera primicia.
Presentación
Director: –
Es nuestro propósito,
escribir un diario,
sin grandes pretensiones,
tocando temas varios,
comentando los hechos
más estrafalarios.
Un diario anodino,
un tanto noticioso,
que informe a nuestro público
del hecho delictuoso,
la novedad política
que es tema escabroso.
Los actos del gobierno,
la nota de sociales,
concursos de belleza,
y noticias teatrales.
Si queréis un empleo,
gustáis de una muchacha,
tratáis de ser políticos
o entráis en cualquier casa,
se impone el saludito
y la flexión de espalda.
Si veis a don Elpidio,
saludos “a la causa”.
Y si encontráis a Hipólito
sombrerazo sin tasa.
Con leve inclinación
saluda a Cafferata.
En cambio a Loza y Borda
sonrisa, reverencia,
y rompe al sombrero el ala
que en mayo te harán ministro
si el saludo le hizo gracia.
Cuadro 1° – Escena 8ª
El coronel Rojo: –
Aún siento el canto guerrero,
que un demócrata entonó
al verme el campo cruzar:
“Coronel de los tercios de Loza,
señor coronel.
El de la herrumbrada espada,
de la capa colorada
y el del brioso corcel.
Si fuera de empresa mía,
si mi honor no se oponía,
se diera a mi fantasía
ribetes de tontería,
ya que votas, coronel,
contigo yo votaría,
y la grupa montaría
de tu brioso corcel.
Y allá lejos,
cuando olvidados los dejos,
de nuestros votos añejos,
me traiciones, coronel, con la libreta guardada
en segura arca cerrada,
maldeciré tu mesnada
y tu capa colorada
y tu brioso corcel.
Y allí irá mi cabalgada,
lanza en ristre, rienda holgada
detrás de su coronel”.
Cuadro 4° – Escena X
Don Ramón J. C.: –
¿Y la atendieron, señora?
Semafora: (en la casa de gobierno)
Son unos descomedidos.
No me dieron la tarjeta
que les había pedido.
Sinvergüenzas, deslenguados,
mequetrefes, tinterillos.
Ofender a una señora
que es la reina del vestido.
Adiós, Ramoncito, adiós,
yo por ser gobernadora
me casaría contigo,
y echaría a todos estos,
indecentes y atrevidos.
Pero si algún pinche de estos
se mete otra vez conmigo,
cara pagará la culpa,
con este pinche, lo pincho
(mutis, arreglándose el vestido).
Don Ramón J. C. –
(con aire conquistador a los amigos que lo acompañan)
Siempre con el bello sexo
he tenido gran partido.
Hoy una nueva conquista
puedo apuntar en mi libro.
Señores, el tiempo apremia,
y hoy tenemos que cerrar
esa exposición de granjas,
que tanto ha dado que hablar.
¿Si quieren acompañarme?
Caballeros: –
Bueno, vamos allá (mutis)
(Enseguida Martín, como una sombra).
Martín: –
Hoy cierra una exposición,
y mañana abre un jardín,
y así se le pasa el tiempo,
hoy cerrar, mañana abrir.
Este hombre tiene la culpa
de todo lo que pasa aquí.
Yo mañana en el diario
hago un artículo así.
(Ademán apropiado) (Mutis).