Interpretando los deseos de nuestra sociedad, debemos llamar la atención del empresario señor Padilla sobre la conveniencia de trasladar al Progreso la compañía que actualmente trabaja en el Rivera Indarte, pues aquella piensa que dicha compañía no ofrece un conjunto digno de figurar en nuestro primer coliseo, y menos aún, en la temporada de invierno.
Con este procedimiento, podemos asegurar que desaparecerán por completo los desagradables incidentes y escándalos producidos, pues todos los que han hecho sentir sus protestas en la forma conocida, convienen en que la compañía debía funcionar en el Progreso, en cuyo local, ellos mismos no tendrían inconveniente alguno en aplaudirla.
A este respecto, debemos hacer presente al señor Padilla que, mientras las representaciones continúen en el Rivera Indarte, continuarán también los escándalos; y que así nuestras familias principales no podrán gozar de tan agradable pasatiempo, pues no se expondrán, y con razón, a las molestias y peligros consiguientes a los hechos que se vienen produciendo.
El Gobierno de la Provincia al concederle el uso exclusivo del teatro, ha sido en el concepto de procurar un beneficio a la sociedad entera, beneficio del cual no puede él, como empresario, privarla sin violar la obligación moral que le impone su contrato.
Una comisión de caballeros distinguidos se ha apersonado a nuestra redacción para expresarnos que es esta la única forma de cortar el mal de raíz y en tal concepto la insinuamos.
Veríamos con placer que el señor Padilla accediera al pedido que por nuestro intermedio se le formula, desde que es necesario que haga algo de su parte por solucionar esta situación harto desagradable.