“Teatrales”. La Libertad. Córdoba, 9 de Setiembre de 1901: 2

Este año hemos tenido primicias, es verdad; pero todos estarán contentos en que la temporada teatral no ha llenado completamente el período que por costumbre abarca en otros años.
La actuación de la Guerrero, que fue brevísima y la que próximamente se inaugurará que amenaza ser aún más corta, no puede llenar el período.
El Progreso ha cumplido, también a medias, su misión.
Con doña María Barrientos se nos indica ya la clausura de la época teatral y esta amenaza nos induce protestar con anterioridad, pues es voz corriente en los círculos teatrales que terminada la actuación de la célebre cantatriz, se dará por finalizada la temporada y eso no puede, no debe ser así.
Que el Rivera Indarte, satisfactoriamente desempeñado su cometido, cierre sus puertas nos parece oportuno, pues con los encantos brindados ha alcanzado este año  éxitos que hacía ya algún tiempo no se producían; pero el pequeño coliseo de la calle San Martín debe sostenerse aún, por lo menos durante este mes corriente y la primera quincena del entrante.
¿Quiere Padilla dar a los aficionados una  sorpresa agradable? Tráiganos a Burón, el simpático don Leopoldo, cuyo recuerdo aún se conserva entre nosotros con toda la brillantez de aquellos buenos días de su actuación, uno de los tiempos mejores para el Progreso.
Con el distinguido actor el coliseo de la calle San Martín clausuraría dignamente la temporada y mucho más si a él vienen unidos los buenos elementos con que cuenta la compañía que dirige en Buenos Aires.
Las veladas del Progreso han sido este año en sumo grado halagüeñas; pero no están completas: Burón coronaría la temporada magníficamente.
El activo empresario Padilla, que siempre ha demostrado buen gusto, ha de tomar en consideración esta indicación que es no sólo nuestra sino también de gran número de aficionados que desean volver a ver a Burón.