El martes empezaron a efectuarse en el Teatro Rivera Indarte las obras de refacción contratadas por el gobierno con los empresarios Caraccio Hnos.
La importancia de los trabajos que hay que llevar a cabo en aquel sober-bio edificio hace creer que ellos no terminarán antes de tres meses, fecha en que recién podrá librarse al públi-co, debiendo entonces el empresario Caraccio traer una compañía de ópe-ra.
Al empezarse los trabajos de refacción se ha comprobado el serio peligro de derrumbe en que el Rivera Indarte se encontraba.
Con motivo de haberse iniciado las reparaciones decretadas por el go-bierno, visitamos ayer el teatro en-contrando un considerable número de obreros que trabajaban en los preli-minares de las obras a verificarse.
El empresario Caraccio, entre otras reformas introducidas en el coliseo, ha sustituido la hilera de palcos altos por cazuelas, lo que importa un con-siderable aumento de asientos.
También transformará cuatro de los palcos bajos, en engrillé; ofreciendo a la concurrencia una comodidad más.
Notamos que los asientos en general estaban completamente cubiertos de polvo por la falta naturalmente de las fundas que deben llevar las sillas, por lo que se impone la necesidad de adquirirlas, a menos que se prefiera perder el terciopelo de las butacas, palcos, etc.
En fin, para colocar al Rivera Indarte en las debidas condiciones de recibir al público, el gobierno tiene mucho que hacer.
Dentro de poco sacaranse a licitación cambio completo de todos los water-closs sustituyéndolos por nuevos in-odoros.