Hemos sabido con agrado que el gobernador del Campillo se ha demostrado contrario a la idea de la Empresa Caraccio de traer la compañía de «dramas criollos» Podestá Hermanos, para que actúe en el Rivera Indarte.
Inútil nos parece entrar en comentarios sobre la poca acertada disposición de la empresa aludida, y ya dimos nuestro parecer no ha mucho, al dar cuenta de las compañías teatrales que el señor Caraccio nos prometía para la futura temporada.
Podestá en el Rivera Indarte es algo que repugna al gusto menos delicado.
Llevar una compañía de circo, más perfeccionada, a profanar las tablas en que se han interpretado las mejores obras de los genios teatrales por artistas como la Guerrero, la Tetrazzini, la Panizzo, Stinco, sería un colmo. Felizmente la empresa se ve en la obligación de ceder y cederá.
La Empresa Caraccio posee vasto campo para demostrarnos su actividad como tal y no creemos que tenga necesidad de recurrir a estos medios […], ni creemos tampoco que las autoridades encargadas de velar por el buen nombre del gran coliseo permitirán que a él se lleven compañías de la talla de la que dirigen los Hermanos Podestá.